Mi hermano Adrián de visita

Después de mucho dar vueltas a las fechas de sus vacaciones y a los vuelos disponibles mi hermano Adrián se vino por fin a verme en abril. Me hizo mucha ilusión, ya que era la primera persona de mi familia que veía en seis meses.

Le llevé a hacer el tour de todas las visitas, pero para variar pondré otras fotos. Aquí estamos los dos frente a una iglesia ortodoxa rusa en el parque Lezama en San Telmo. No sé por qué el azul de las cúpulas descalabra un poco los colores de la foto, pero bueno, es lo que hay y también tiene su gracia, no?.

Y aquí en el barrio de La Boca.

También pasamos por casa de mi amigo Luis, que no sale en las fotos de este post, y nos asomamos a su balcón (la foto es obra de mi hermano y en grande dice bastante más que en esta versión reducida):

EStuvo unos días pachucho porque traía una gripe ya precocinada de Madrid, de hecho le tuve que llevar a rastras al concierto de Jamiroquai. Pero en cuanto se recuperó salimos por ahí a divertirnos en la noche porteña, lástima que no tengo ninguna foto que dé la talla para ponerla aquí...

Visita de los compis de Washington

Tengo un montón de cosas atrasadas por relatar, así que aquí va otra:

Mis compañeros y amigos Marta y Jesús pasaron en febrero por Buenos Aires en su camino a los carnavales de Río. Yo casi no hice fotos, así que tiro de las suyas...

Además de visitar lo de siempre (avenida 9 de Julio y Casa Rosada en las fotos anteriores), les llevé a un partido en la Bombonera. Jugaban Boca-San Lorenzo. Las localidades que conseguí a través de un compi de portugués fueron en la tribuna popular de Boca.

Con lo poco futboleras que somos Marta y yo, nos resultó un poco agobio estar entre tanta gente tan revuelta. En fin, era algo que queríamos conocer y mereció la pena. ESo sí, no nos atrevimos a meternos entre todo el mogollón.

Jesús el tío estaba en su salsa. Hizo buenas migas con mi compi Gerardo como se ve en la foto.

Lo que se dice de los hinchas de Boca es poco; no hay otros seguidores más guerreros y apasionados por su equipo. Todo un espectáculo.

En otro momento, Jesús se animó a dar unos pasitos de tango conmigo en una milonga superaburrida a la que les llevé porque no había nadie interesante.

Y en su última cena les llevé con unos amigos a tomar unos bifes como es debido.
Creo que se lo pasaron bien en Buenos Aires.

Cena en casa con amigos

Después de volve de Mar del Plata y antes de tener el primer examen de portugués, dos compañeros de clase y yo hicimos una apuesta para que los que mayor y menor nota sacaran se invitasen a unas cervecitas. Al final la apuesta se enmarañó y terminó en una cena en mi terraza a la que vinieron amigos varios que no tenían nada que ver con el curso de portugués.

A mis amigos españoles y a mí, un poco cansados de que nos llamen gallegos a pesar de ser vascos y castellanos, se nos ocurrió hacer una queimada para probar fehacientemente que de gallegos verdaderos tenemos muy poco... Hubo llamas en el puchero, luces apagadas, conxuro y todo. Lo preparamos siguiendo una receta de internet.

Mi amiga Estíbaliz hizo de meiga y yo de ayudante de meiga.

Los locales se quedaron sorprendidos. Este es mi compañero argentino de portugués Gerardo, que no quitaba ojo.

Y como se ve en las fotos no salió mal; de hecho no sobró nada. Así que nos salió el tiro por la culata y nos siguen llamando gallegos. Pero lo pasamos muy bien, que es lo importante.

El final del verano en Mar del Plata

A finales de marzo nos dio el ataque de realidad de que el verano se iba a tener que acabar un día de estos. Todavía en mayo sigue haciendo buen tiempo, pero ya no es como hace unos meses.

Entonces a un par de compis y a mí se nos ocurrió la idea de ir a aprovechar la playa antes de que fuera demasiado tarde. Y nos buscamos un hotel y a Mar del Plata que nos fuimos (400 km al sur de Buenos Aires). Aquí nada más llegar, un poco cansados del viaje.

Nos quedamos casi todo el tiempo en la playa a pesar de que no hizo tanto calor como esperábamos.

Una noche fuimos a un bar que hay en el edificio más alto de la ciudad, que tenía unas vistas muy chulas.

Y después nos tomamos unas copitas por ahí... Como véis los dineros que se gastaron mis padres en ortodoncias estuvieron bien gastados.

Esta serie de fotos son unos experimentos míos varios con una de las fotos nocturnas: (perdón si alguien le ofende esta marcianada, pero me apetecía subir estas fotos).

Tango

Cuando supe que venía a Argentina pensé en que tal vez podría ponerme a aprender unos pasitos de tango... Siempre me ha gustado verlo y ocasionalmente escucharlo. EStando aquí pensé que sería una pena desaprovechar la ocasión de vivirlo en directo e "in situ". ASí que empecé a ir a milongas y a clases de tango.

No tengo muchas fotos, pero aquí pongo algunas que me han ido sacando amigos en distintas ocasiones.

Aquí soy la de azul, en la matinée dominguera de la Confitería La Ideal.

Con Jorge, mi pareja de tango, de milonga también.
En la misma milonga con un japonés que me sacó a bailar. Bailaba muy bien el tipo.
Con Jorge otra vez. Fui cogida a traición en una fiesta que él organizó en su casa y tuve que bailar con las chanclas que llevaba. CAsi me mato, pero bueno, nos aplaudieron igual.

Y en clase de tango con Marcelo, nuestro profesor particular. Estas fotos las sacó Jorge para memorizar unos pasos.

Vamos, que me he convertido en una tanguera galleguita de tomo y lomo. Como prueba el aparador de mi casa: