5.2.06

Brasil (III) - Paranapriacaba

David tenía un día libre en los días que yo estuve de visita. Estuvimos mirando en mi guía para hacer alguna excursioncita por los alrededores. Se nos ocurrió ir a Paranapriacaba, un pueblo que montaron los ingleses y en el que estuvieron viviendo mientras les duró la concesión para construir el ferrocarril brasileño. Después se fueron y lo dejaron todo casi tal cual. Fue como un viaje en el tiempo.

Salimos de la "EStaçao da Luz", pero antes de coger el tren no pudimos evitar colarnos en el "Parque da Luz", atraídos por su verde exhuberancia. El día comenzaba soleado...




Aunque a ratos parecía que querían venir nubes nosotros hicimos como si nada. ESto es justo antes de entrar en la estación.

Tras algo más de una hora de viaje nos dio la sensación de habernos alejad bastante más 70 km de Sao Paulo.

A lo lejos se veían unas nubes, y esta vez sí nos parecieron más serias.

Nos quedamos alucinados con el pueblo, yo en mi vida había estado en un lugar así. La gente nos miraba porque llamábamos la atención hablando en español. Al parecer no tenían muchos turistas por esos lares.

De repente la nube llegó al pueblo y se quedó en él. No se veía nada y comenzó a llover. La gente del lugar no puso mucha cara de sorpresa. DAvid y yo estábamos alucinados porque nunca habíamos visto una niebla tan espesa... Había momentos en que no se veía ni a cinco metros! No se veía a casi nadie en la calle.
Nos sentíamos como dentro de un sueño, de un ambiente irreal. Pero ya el culmen llegó cuando nos decidimos a entrar al museo del transporte, a ver la antigua estación de ferrocarril. Entramos sin mucha fe, pues lo poco que se veía por fuera, que de verdad era bien poco, no resultaba muy convincente. Pero ya que estábamos allí, pues no perdíamos nada por probar a ver qué tal. Y en qué hora... Algunas imágenes de lo que nos encontramos:


Aquí estoy yo con cara de alucinada por todo cuanto estábamos viendo.

En la estación central había hasta una réplica en pequeño del Big Ben, pero nos lo tuvimos que imginar. Más cosas del museo (a adivinar entre la niebla...):

A la vuelta nos echamos un amiguete:

Y a pesar de que estábamos calados hasta los huesos, no perdimos el sentido del humor.
Paranpriacaba fue sin duda el lugar que más me sorprendió de todo lo que visité de BRasil. Hay muchas más cosas que contar de un pueblo como este, pero no caben en un blog...

Brasil (II) - Sao Paulo

Después de Río de Janeiro, David y yo regresamos a Sao Paulo. Allí me paseé sola por la ciudad mientras David tenía que trabajar. Él me advirtió que tuviese cuidado, que una chica sola con tanta pinta de guiri como yo llama mucho la antención a los "malandros". Y yo pensé que exageraba para que fuese con cuidado. Pero la verdad es que aunque no tuve ningún problema, me tuve que andar con mil ojos. Algunas de los sitios que visité en Sao Paulo fueron estos:

El frondoso parque de Ibirapuera.
Repito: las plantas en este país son como no he visto en ningún otro lugar.

El parque venía con los edificios modernos para exposiciones de arte contemporáneo incluidos.



Otro día me aventuré a la parte antigua de lo que una vez fue el centro de la ciudad. Sao Paulo es una ciudad tan grande que no se acaba nunca, no cabe en un plano. De hecho, en una oficina de información turística me dieron un par de planos de dos trozos del centro. Resulta inabarcable, aunque bueno, después de unos días allí ya aprendí a situarme. Algunas cosas que vi son estas:

La catedral.

La catedral también.

Un tímido resto colonial.



















La avenida Paulista.

Una pista de lo que fue la avenida Paulista en otros tiempos.

Y un imponente e interesante edificio de la misma avenida, con un centro de arte moderno con mucha vida.

También pasé por Sao Bemto, donde aparte de adornos navideños derritiéndose con el calor y la humedad, había toda suerte de mercachifles y mangantes.

Y por el barrio japonés, en el que al cruzar cualquier esquina siempre te encontrabas con algo sorpendente.

Y esta soy yo, sorprendida por todo cuanto tenía alrededor.


Una vista no tan insólita en este país... (El letrero rosa corresponde a un karaoke y las letras negras de la otra cara del edificio a una dependencia del Tribunal de Justicia).