Al otro lado del río (I) Montevideo


Como estábamos hartos de carne argentina, nada más llegar fuimos buscando un restorán de pescado para la cena. Finalmente terminamos en un vasco de postín en el que nos sirvieron una aproximación a una paella que nos supo muy rica.




Después yo me había emperrado en ir a una milonga para comprobar cuán diferente era el tango uruguayo del argentino, pues según cuenta la leyenda el origen del tango es rioplatense y cada orilla del río hizo su aportación. Al final no percibí tanta diferencia, pero conocí a dos profesores de tango muy majos.

Al día siguiente nos recorrimos los puntos de la ciudad que nos parecieron interesantes. Aquí en el teatro Solís, visita que recomiendo a todo el que pase por esta ciudad.

Un refrigerio después de la visita del teatro:

Por la calle nos encontramos con una asociación que bailaba chacareras, que es un baile típico de la pampa. Se baila en parejas y es muy bonito, recuerda un poco a las jotas castellanas. Igual un día de estos me lanzo y aprendo yo también...



Un refrigerio después de la visita del teatro:

Por la calle nos encontramos con una asociación que bailaba chacareras, que es un baile típico de la pampa. Se baila en parejas y es muy bonito, recuerda un poco a las jotas castellanas. Igual un día de estos me lanzo y aprendo yo también...


Por la tarde-noche fuimos a ver una preselección de murgas del carnaval uruguayo. No sabíamos muy bien a lo que íbamos...

Y nos quedamos totalmente sorprendidos y encantados con el espectáculo que vimos:


Entre una comparsa y otra había un descanso para que la afición pudiera felicitar a los artistas.

Nosotros no fuimos menos.



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