17.3.06

Al otro lado del río (I) Montevideo

A mí se me ocurrió que quería ir a Uruguay en verano, ya que desde Buenos Aires parece que estuviera aquí mismo. Me lo planteé tan en serio que uno de mis recién llegados compañeros se apuntó a mi plan. Él es Luis, becario del Gobierno Vasco. Estuvimos sólo un fin de semana, pero nos organizamos muy bien y pudimos ver muchas cosas. Llegamos a Montevideo tras tres horas de barco. El viaje resultó algo aburrido, nunca pensé que en cruzar un río se tardara tanto. El paisaje de aguas marrones y cielo azul fue tan monótono que no merece que ponga ni una foto.
Como estábamos hartos de carne argentina, nada más llegar fuimos buscando un restorán de pescado para la cena. Finalmente terminamos en un vasco de postín en el que nos sirvieron una aproximación a una paella que nos supo muy rica.

Después yo me había emperrado en ir a una milonga para comprobar cuán diferente era el tango uruguayo del argentino, pues según cuenta la leyenda el origen del tango es rioplatense y cada orilla del río hizo su aportación. Al final no percibí tanta diferencia, pero conocí a dos profesores de tango muy majos.
Nos tiramos hasta las cuatro de la mañana entre tango y tango. La poca clientela que había en el bar terminó aplaudiendo a la única pareja que bailaba (es decir, cada rato uno de los dos profesores que se iban altenrando para bailar comigo!); yo no sabía donde meterme... Y como Luis tenía buena conversación, pues el tío encantado también. Lo pasamos muy bien.

Al día siguiente nos recorrimos los puntos de la ciudad que nos parecieron interesantes. Aquí en el teatro Solís, visita que recomiendo a todo el que pase por esta ciudad.












Un refrigerio después de la visita del teatro:

Por la calle nos encontramos con una asociación que bailaba chacareras, que es un baile típico de la pampa. Se baila en parejas y es muy bonito, recuerda un poco a las jotas castellanas. Igual un día de estos me lanzo y aprendo yo también...

Por la tarde-noche fuimos a ver una preselección de murgas del carnaval uruguayo. No sabíamos muy bien a lo que íbamos...
Y nos quedamos totalmente sorprendidos y encantados con el espectáculo que vimos:

Entre una comparsa y otra había un descanso para que la afición pudiera felicitar a los artistas.

Nosotros no fuimos menos.