Brasil (I) - Cumbre de becarios de inversiones cono sur
En el puente de la Constitución me fui unos días a Brasil, a visitar al único compañero becario de inversiones que hay por estas latitudes. Fuimos compañeros de máster y de alguna juerga en Madrid, así que ya nos conocíamos de antes y el reencuentro estuvo muy bien.
Nada más llegar al apartamento de DAvid en Sao Paulo las vistas eran estas:
Los edificios que se ven al fondo son la Av. Paulista, el corazón financiero de la ciudad.
Por la noche fuimos en autobús hasta Río de Janeiro. Allí vimos amanecer en la playa de Copacabana, mientras esperábamos a que llegase el portero de la casa de la compañera en la que nos quedábamos, que nos tenía que dar las llaves.
Pasamos el fin de semana paseando por la ciudad, que a mí se me hizo menos grande de lo que parece y resulta agradable y tranquila.
EStuvimos en el barrio de Santa TEresa. Subimos en un tranvía que era un cachondeo, cada poco los revisores-conductores se tenían que bajar y remolcarlo con una cuerda para poder seguir el camino. Una experiencia como pocas. Y las vistas alucinantes.
Algunas fotos artísticas que nos hicimos por las calles de este barrio:
También nos encontramos un grupo de samba...
En la catedral también me dio por hacerme una foto a mí misma para que salieran las vidrieras del fondo. Los reflejos del suelo los conseguí por casualidad. Cuando finalmente me lea las instrucciones de la cámara voy a hacer fotos de premio Pulitzer.
Y la catedral por fuera.
La palabra exhuberante se la debió inventar alguien que vio el jardín botánico de Río. Porque eso es lo que es.
Una de las tardes nos fuimos a ver al "Corcovado", que no es otra cosa que un Cristo bien grande que los brasileños han montado en lo alto de una cima selvática. La verdad es que aunque las vistas son increíbles, el Cristo no es tan enorme como yo me había pensado, pero algo de mágico tiene porque parece que mira para todos los lados. A pesar de mis muchas preguntas, no conseguí averiguar por qué a alguien se le ocurrió montar un Cristo ahí. Pero el hecho es que desde los años 60-70 ahí sigue, dando rentabilidad a diestro y siniestro.
Había escaleras mecánicas en medio de la selva para llegar hasta el final.
El monte Pao de Açucar al fondo.
La ciudad parece que no se acaba nunca. Y desde aquí se podía ver literalmente como le ha ido comiendo terreno a la selva, excepto en los cerros en los que es imposible acceder.
Al atardecer nos bajamos en el mismo tranvía que nos trajo. Más fiable que el de Santa Teresa. Pudimos disfrutar de un atardecer en la selva a través difícil de comparar con cualquier otro.
ESta soy yo haciendo el tonto en una cabina de la playa de Ipanema (al fondo se ven la olas), que me pareció muy apropiado el nombre de la compañía telefónica para un lugar así. No pude evitar la tontería...
Al atardecer nos bajamos en el mismo tranvía que nos trajo. Más fiable que el de Santa Teresa. Pudimos disfrutar de un atardecer en la selva a través difícil de comparar con cualquier otro.
ESta soy yo haciendo el tonto en una cabina de la playa de Ipanema (al fondo se ven la olas), que me pareció muy apropiado el nombre de la compañía telefónica para un lugar así. No pude evitar la tontería...
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